La responsabilidad social corporativa y la memoria de sostenibilidad
Hasta no hace mucho, el modelo empresarial imperante se fundamentaba en que la compañía solo tenía la responsabilidad de generar productos y servicios, y beneficios para sus accionistas, sin atender a demás criterios o, si tocaba atenderlos, haciéndolo por imperativo legal o cultural. Hoy, este modelo está empezando a flaquear y no es ni suficiente ni aceptable. Desde hace unas pocas décadas, el sector empresarial ya sabe que la sociedad le exige mucho más en el ejercicio de su actividad, consciente de que esta afecta a la calidad de vida de los empleados, de las comunidades en las que se maneja y, en general, del medio ambiente.
Se impone un nuevo modelo de gestión de la actividad empresarial que respete a las personas, los valores éticos, la comunidad y el medio ambiente, y que se asegure de ser sostenible en el tiempo. Este modelo responde al nombre de responsabilidad social empresarial o responsabilidad social corporativa, y a él se están sumando muchísimas empresas conscientes de que el cambio no es solo necesario socialmente, sino que también implica la propia supervivencia de la compañía. La responsabilidad social corporativa no es una cuestión de lavado de imagen ni una impostura (las empresas que lo hacen con esto en mente suelen sufrir un efecto rebote), sino una auténtica concienciación de las nuevas necesidades de la sociedad, en la que las propias empresas están imbuidas. La compañía acepta y comprende que ya no se trata de la búsqueda del mero rendimiento económico. Ahora se trata asumir la integración en un “ecosistema” del que forma parte.
Las medidas tomadas en este sentido, consecuencia del compromiso de la empresa con la responsabilidad social corporativa, necesitan reflejarse en algún tipo de documento con el que las partes interesadas puedan informarse sobre las actividades de la organización. Este documento toma forma en las llamadas memorias de sostenibilidad.
La memoria de sostenibilidad, una herramienta fundamental
La memoria de sostenibilidad es mucho más que la exposición pública de la actividad sostenible de la empresa. Es una manera por la que la empresa puede medir la eficacia con la que afronta los retos de sostenibilidad. De este modo, la memoria de sostenibilidad comunica los impactos positivos y negativos, pero en la construcción de esta información se obtienen datos que pueden ayudar a la organización a definir, analizar y redefinir su política, su estrategia y su actividad productiva.
De modo que la memoria de sostenibilidad puede construirse como medio de información de las consecuencias de la actividad empresarial, pero también para hacer un diagnóstico previo sobre el que basar las próximas medidas. La memoria permite mejorar la comprensión de los riesgos y las oportunidades a los que se enfrenta la empresa. La memoria de sostenibilidad no es un fin, es un medio.
El método de Global Reporting Initiative en la creación de la memoria de sostenibilidad
Las memorias de sostenibilidad deben realizarse siguiendo algún tipo de modelo o patrón, y entre todos los posibles destaca, con diferencia, el desarrollado por Global Reporting Initiative (GRI). Este organismo, fundado por la organización Ceres y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, tiene por misión el impulsar la elaboración de memorias de sostenibilidad en todo tipo de organizaciones, para lo cual aporta un marco completo (el llamado “marco GRI”) compuesto, en esencia, por las guías para la elaboración de memorias de sostenibilidad, los suplementos sectoriales y los protocolos técnicos y de contenido de la memoria.
La guía para la elaboración de memorias establece los principios e indicadores que las empresas pueden utilizar para medir la efectividad de su compromiso con la responsabilidad social corporativa. Las memorias de sostenibilidad efectuadas bajo los criterios del marco GRI pueden ser validadas por un tercero independiente, lo que incrementa su valor y credibilidad.
El GRI G4
El GRI no deja de adaptarse para ajustarse a las necesidades y requerimientos de la sociedad y las empresas. En 2013 apareció el modelo GRI G4, que introduce importantes cambios respecto a los modelos previos. Destacan:
- Mayor relevancia del concepto materialidad, que predomina sobre el resto de principios de la memoria (participación de los grupos de interés, contexto de sostenibilidad, exhaustividad y equilibrio).
- Ya no se distingue entre indicadores principales y adicionales. Se suprime la obligatoriedad de informar sobre indicadores sectoriales.
- Solo se informará sobre indicadores que sean materiales en el ámbito geográfico en el que lo sean.
- Debe informarse del proceso que ha seguido la empresa para identificar sus aspectos materiales y el alcance de estos.
- Los niveles de la memoria se autodeclaran, en una vuelta al sistema previo a G3. Por lo tanto, desaparecen los niveles A, B, C y los + (A+, B+ y C+) asociados al número de indicadores sobre el que se informaba.
EL GRI G4 apuesta por reforzar la materialidad en las memorias de sostenibilidad. Esto quiere decir que los informes de sostenibilidad se van a enfocar más, y prioritariamente en los aspectos que realmente son más relevantes para cada compañía. A estos aspectos se los conoce como “materialidad”. La focalización sobre la materialidad permite a la empresa centrar sus esfuerzos y distinguir entre los aspectos materiales, es decir, los que deben reportar en la memoria, y aquellos otros aspectos que no lo son y que, por lo tanto, pueden ser excluidos.
La materialidad debe localizarse y responder a unas preguntas clave de la empresa: ¿qué interesa realmente? ¿A quién interesa? ¿Cómo gestionar lo que interesa? GRI G4 ayuda a responder estas preguntas, dejando a la materialidad en el punto en el que la compañía concierta los asustos que considera de mayor importancia para su negocio, con los impactos más representativos para sus grupos de inversores, reguladores del mercado, sociedad civil, proveedores, empleados y clientes. Estos grupos de interés participan en la investigación de la materialidad, sea directa o indirectamente con la información que aportan sobre sus expectativas y necesidades.
El análisis de materialidad que tanto refuerza GRI G4 permite a la empresa no invertir recursos y esfuerzos en aspectos secundarios o no prioritarios a la hora de realizar su memoria de sostenibilidad. Es profundizar en la eficiencia lo que también ayuda a ser aún más eficientes cuando la memoria se use como base de políticas posteriores, ya que estas se centrarán en lo indispensable y prioritario.
La difusión de las memorias de sostenibilidad
La importancia de las memorias de sostenibilidad, tanto para la propia compañía por necesidades de consumo interno, como para los grupos de interés que se relacionen con la empresa, directa o indirectamente, implica que su difusión sea indispensable. No es un documento secreto ni privado, sino que debe ser expuesto al público para el sano análisis y la correspondiente crítica.
Como cualquier documento, su exposición puede hacerse en formato legible, tanto en papel como en digital, pero los nuevos tiempos empiezan a exigir metodologías más dinámicas y frescas que faciliten la comprensión y la agilidad en el proceso de difusión, lectura y análisis, tanto para la empresa como para el público. Es por eso que se empieza a apostar por metodologías más directas, visuales y llamativas, que puedan resumir y enfocar los elementos más relevantes de las memorias de sostenibilidad sin que por ello se pierda calidad informativa, veracidad ni relevancia. No hay que olvidar nunca que las memorias de sostenibilidad deben ser un ejercicio de honestidad de las empresas, para sí mismas y para la comunidad en la que ejercen su actividad.
Las infografías están tomando especial relevancia en todo el trabajo de difusión y exposición de estas memorias, pues aportan el carácter atractivo, rápido y fresco, pero sin perder minuciosidad. Más bien, lo infográfico concreta y apunta directamente a lo más relevante e importante, aquello que, sí o sí, debe ser tenido en consideración entre la investigación y los resultados de la memoria de sostenibilidad.
No quedan atrás las medidas publicitarias que algunas compañías ejercen para difundir sus esfuerzos en responsabilidad social corporativa, algo que va más allá del informe de la memoria de sostenibilidad y que suele apuntar a unos pocos objetivos claros de fácil difusión, para llegar a un público más amplio y con la idea de facilitar su comprensión. En estas campañas, que pueden abordarse desde diferentes formatos gráficos, de texto y vídeo, es importante que las compañías no caigan en el error de hacer el llamado greenwashing, una política que suele salir cara y que consiste en un mero lavado de cara ecológico o de sostenibilidad que suele ser más propagandístico que veraz. Las compañías realmente comprometidas con la responsabilidad social corporativa conocen el valor del verdadero trabajo en este modelo, y saben cuándo y cómo deben vanagloriarse de sus éxitos y en qué medida.
En definitiva, las memorias de sostenibilidad, vengan de la mano de GRI G4 o de otras modalidades de elaboración, son una herramienta fundamental para el buen desempeño de la compañía como elemento integrado e integrador de su ecosistema social y ecológico, y para que este mismo ecosistema sea capaz de ejercer de vigilante, crítico y de apoyo, de la empresa.
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Yuri
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