¿Cómo generar una cultura empresarial orientada al éxito?

Ejecutivos de empresa
Cada organización debe tener su propia cultura, que es la que hará que se adapte, sobreviva, crezca, fabrique productos de calidad, sea competitiva o, por el contrario, fracase y desaparezca.

Se entiende por cultura empresarial el conjunto de valores, filosofía y actuaciones que identifican la forma de proceder de una organización.

Cada organización debe tener su propia cultura, que es la que hará que se adapte, sobreviva, crezca, fabrique productos de calidad, sea competitiva o, por el contrario, fracase y desaparezca. La empresa, al iniciar su actividad, debe establecer con claridad su razón de ser y enunciar su filosofía y valores así como la forma de alcanzar lo que ha establecido, implantando políticas y procedimientos. El objetivo en este sentido debe ser crear una cultura empresarial orientada al éxito teniendo en cuenta los siguientes factores:

  • Sentido de compromiso e implicación por parte de los directivos y trabajadores.
  • Roles organizacionales correctamente definidos, buscando la motivación e identidad corporativa.
  • Estabilidad organizativa, progreso y promoción individual.
  • Orientación ‘eco’ (entorno, clientes) y no orientación ‘ego’ (complacencia).
  • Orientación a la innovación y los resultados.

¿Cuáles son los síntomas de una cultura empresarial abocada al fracaso?

Muchos problemas organizacionales pueden ser causa de una débil o inadecuada cultura empresarial. Por tanto es imprescindible que sepamos reaccionar a tiempo si detectamos algunos de los siguientes síntomas:

  • Falta de atención al entorno exterior.
  • Predominio del corto plazo sobre el medio y largo plazo.
  • Fragmentación e inconsistencia en las formas, lenguajes, rituales y estructuras.
  • Presiones emocionales negativas sobre los empleados.
  • Existencia de subculturas dentro de la empresa incomunicadas y enfrentadas entre ellas.

Causas de una cultura empresarial orientada al fracaso

  • Falta de una dirección estratégica: se produce cuando la dirección no es capaz de clarificar la filosofía, misión y definición del negocio o, siéndolo, es incapaz de convencer a sus subordinados y, por tanto, de poner en práctica dichas estrategias. Cuando no existe dirección estratégica no se puede competir. Además, al tomar conciencia los empleados de la pérdida de competencia tenderán a comportarse como perdedores, faltos de moral y motivación.
  • Posición tecnológica no definida: la falta de I+D, generada por el exceso de confianza en las tecnologías que han sido buenas en el pasado.
  • Estructuras inapropiadas: la estructura tiene gran impacto sobre el grado de iniciativa, desarrollo de ideas, innovaciones e identificación de los miembros con la organización. Cuando se acometen planes para la mejora cultural generalmente la estructura sufre cambios importantes.
  • Problemas de personal: los problemas de personal suele coincidir con culturas débiles, tales como falta de recompensas suficientes, falta de evaluación de rendimientos, bajos niveles de participación, etc., que pueden llegar a generar situaciones de difícil control por la dirección.

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