Competitividad empresarial: ¿Cómo ayuda a las organizaciones?

Competitividad empresarial: ¿Cómo ayuda a las organizaciones?
La competitividad empresarial comprende el conjunto de estrategias que hacen posible a las organizaciones permanecer en el mercado competitivo.

La competitividad empresarial es la determinación (en términos de capacidad) que tienen las organizaciones para ser rentables como marcas o negocios. Esto lo logran a través de la sistematización e implementación de diversas estrategias que las coloquen en un puesto ventajoso dentro de un mercado determinado.

Obviamente, este mercado lo determina su oferta específica. Es decir, a qué se dedican y que respuestas ofrecen a sus usuarios y clientes.

Esta ventaja competitiva se basa en diversos elementos o factores, entre los cuales se cuentan los productos ofertados que son mejor evaluados por los clientes, los procesos y procedimientos de producción, que deben ser efectivos o eficaces, los precios más accesibles con respecto a la calidad, la reducción considerable de costes tomando en cuenta proceso de producción y a la calidad, entre otros que van a depender de su área en especial.

La ventaja competitiva tiene que ver directamente con la competencia empresarial como un todo o la idoneidad en el ámbito económico. De cualquier manera, cada organización es diferente con respecto a la competencia en su misma línea de producción u oferta de servicios y por eso su rentabilidad en especial es diferente a las demás.

Por este motivo, es importante que cada compañía establezca sus metas como negocio y, en función de estas, determine como lograr la competitividad que quieren.

Pero, para establecer esta competitividad tiene, a su vez, que preguntarse algunas cuestiones básicas:

1.- ¿Es su producto o servicio mejor que los que ofrecen sus competidores?

2.- ¿Son sus precios competitivos dentro de su mercado en particular?

3.- ¿Posee la compañía la infraestructura, capacidad instalada y demás elementos para expandirse dentro del país o hacer exportaciones?

4.- ¿Puede la empresa satisfacer otras demandas del mismo mercado (segmentación)?

5.- ¿Cómo mejorar la oferta en cuanto a precios y las campañas de marketing?

Cuando esas 5 cuestiones estén claras, la empresa establecerá su ventaja competitiva y podrá entrar al ruedo de la competitividad empresarial con los objetivos claros.

¿Cómo se logra la competitividad empresarial?

Para que una organización o compañía sea competitiva en su área, debe tener claro qué y para que produce o presta servicios. Es decir, para conseguir la competitividad empresarial hay que contar con:

Capacidad de liderazgo y dirección

Este elemento es esencial. Hay que hacerse la idea de que la empresa es un barco y su directiva es la que lleva el timón. Por tanto, este concepto involucra la capacidad de sus conductores o directivos para estar al frente de la organización.

En otras palabras, las aptitudes de liderazgo y hacia dónde va el director, presidente, su CEO o junta directiva y los encargados de cada departamento o división determinará la ruta a seguir.

Si el comité directivo o quien está al mando de la organización presenta problemas de roles, no podrán darse las condiciones propicias para que se origine el desarrollo de la empresa.

Los distintos roles en la empresa

Se trata de una diferenciación determinante. El mismo está relacionado con las diversas categorías de la compañía y las demandas que satisfagan a los clientes, así como la calidad del servicio con que se trate a los usuarios.

Este es un factor sumamente importante, ya que al diferenciar o estratificar a la empresa por cargos, categorías y responsabilidades se mantiene un buen ritmo de productividad porque los objetivos estarán fijados y claros.

Por otra parte, dejará todo en claro para el área de recursos humanos que podrá seleccionar al personal en función de las metas, límites, alcances y los talentos que cada puesto dentro de la organización requiere.

La eterna relación precio-calidad

Toda empresa con fines de lucro quiere el crecimiento económico. No importa si ofrece servicios de asesorías legales o hace juguetes para niños pequeños. Este es un componente básico cuando se analiza la competitividad empresarial en su aspecto financiero.

Una compañía que conoce sus gastos, sus entradas de dinero, la producción con sus riesgos y ventajas, su cadena de distribución y comercialización, bien sea de servicios o productos, puede establecer una línea de precios (ofertas, promociones) acorde a todos los objetivos y al crecimiento.

Con los factores antes mencionados bajo control, la empresa puede sobrevivir en el mercado, aunque este sea muy competitivo como negocio rentable. ¿Por qué? Porque su relación calidad-precio estará garantizada.

Asimismo, el mercado de hoy no es como el de décadas atrás. Con el crecimiento del comercio electrónico y sin fronteras, la oferta comercial no se circunscribe a los productos y servicios que oferta la empresa, sino también a la calidad del servicio que le da la organización al cliente.

Tecnología e innovación

Los negocios que poseen una buena o alta competitividad empresarial son, en casi el 100% de los casos, porque tienen tecnología de vanguardia o usan estrategias de marketing acorde a las nuevas tendencias.

Es decir, están a la altura cuando se trata de seleccionar y usar correctamente los recursos tecnológicos que requieren de acuerdo con sus metas y dentro del presupuesto que se establezcan.

El poder de la innovación constante

Este punto está muy relacionado con el abordado en el anterior. Sin embargo, se diferencian en el sentido de que la tecnología avanza cada día y pronto, lo que era nuevo, ya no lo es y nace otra modalidad que lo supera.

Por tanto, la capacidad innovadora de una organización es un elemento muy resaltante porque tiene repercusiones en todas las dependencias o niveles de la organización.

Irrecusablemente, no se pueden cambiar los equipos y los softwares todos los días, pero si hay maneras y estrategias para que la empresa se enfoque a facilitar tanto el desarrollo como la prosperidad de su negocio con lo que es la capacidad innovadora.

Sin evaluar y evolucionar en este sentido cualquier marca verá reducidas sus posibilidades de permanecer activas dentro del mercado y más aún si se presentan momentos de crisis como, por ejemplo, las generadas durante la Pandemia de Covid19.

Recursos productivos o comerciales

Los recursos comerciales o productivos son un componente de la organización que determina la competitividad empresarial porque es el que considera el capital económico usado para los hacer los negocios.

Este punto está ligado de manera directa con la relación precio-calidad y da cuenta de la rentabilidad del negocio en sí. Hay que verlo de esta manera: si un negocio se enfrenta a problemas en este sentido (los recursos comerciales) se altera todo. Es decir, la producción, la cadena de distribución y también la comercialización.

El capital o talento humano

Una organización no es nada sin su gente. Es el talento humano o los trabajadores el motor o los que hacen posible absolutamente todo dentro de un negocio. Por eso, seleccionar y elegir los mejores para cada puesto en función de los objetivos del cargo es clave para la competitividad empresarial.

Será cada hombre y mujer que compone una empresa los que determinen su calidad y el logro de sus metas.

El dinero… recursos financieros

Este es último factor enumerado. Pero, no el último en importancia. La competitividad empresarial no es posible sin él. Es el dinero o capital de una organización el que posibilita atender todos sus requerimientos de infraestructura, talento humano o inversiones para crecer.

En otras palabras, una organización debe ser rentable desde el punto de vista económico no solo para enriquecer a sus dueños o socios y pagar la nómina, sino para reinvertir en sí misma y mejorar continuamente en función del mercado cambiante.

Competitividad empresarial: ¿Cómo ayuda a las organizaciones?

Tipos de competitividad empresarial

Al hablar de competitividad empresarial, hay que distinguir sus modalidades y tipos. Estos se diferencian entre sí de acuerdo con los componentes involucrados y a las estrategias que se adopten para mantener la rentabilidad económica:

Competitividad empresarial sistémica

Cuando se habla de competitividad empresarial sistémica, se hace referencia al estudio y análisis de los resultados y las metas (logradas o no) de la propia empresa y también las variables macroeconómicas y microeconómicas del mercado.

En este tipo de competitividad la empresa valora su rentabilidad y funcionamiento como un agente dentro de un contexto más amplio, del cual forma parte. En este sentido, no solo se toma en cuenta la rentabilidad de la organización, sino su influencia en el entorno y su relación con todos los agentes implicados en ese sistema económico.

Competitividad empresarial estática

La competitividad estática es aquella en la cual la organización adopta estrategias para el equilibrio de los precios y se enfoca en conservar la posición de esta dentro del mercado. Sin embargo, este tipo de competitividad no es conveniente aplicarla en la actualidad. El motivo es que los mercados actuales están segmentados y, en muchos casos, la oferta puede igualar o superar a la demanda.

Competitividad empresarial dinámica

Se ve la imagen contraria en el espejo con respecto al punto anterior: la competitividad empresarial dinámica es aquella que enfatiza en la innovación y vanguardia de sus productos o servicios, procesos productivos o de atención al cliente, la gestión de los recursos humanos, la logística y sus estrategias de marketing. Está en continuo movimiento evaluado cada paso.

Competitividad empresarial espuria

Se trata de una competitividad empresarial que es de corta duración y falsa. Esta se construye sobre las rentas naturales o los recursos que ofrece la naturaleza y saca provecho desleal del pago de nóminas o remuneraciones laborales. Por lo general es de corto plazo y en el entorno laboral no se ve como políticamente correcta, aunque haya muchas empresas que hagan uso de ella.

Competitividad empresarial auténtica

Este tipo de competitividad persigue resultados a mediano y largo plazo. Se basa en ir incorporando innovaciones y procesos productivos con mano de obra cualificada y especializada para la rentabilidad de la organización.

Competitividad empresarial interna

La competitividad empresarial interna es la capacidad de la organización o negocio de hacer uso de sus recursos de manera eficaz. Para ellos gestiona sus recursos humanos, sus procesos de producción y su cadena de distribución y comercialización de tal manera que cumplan los objetivos al tiempo que los trabajadores se sientan identificados con la razón de ser y los valores de la organización.

Competitividad empresarial externa

Esta modalidad de competitividad empresarial es la que mide los objetivos logrados por la empresa, así como su estrategia de negocios y resultados con respecto a la posición que ocupa en el mercado con respecto a la competencia.

¿Por qué es importante la competitividad empresarial para los negocios?

La competitividad empresarial es la estrategia que hace posible que las empresas sobrevivan en el tiempo y logren las metas propuestas para cada lapso o período estipulado. En otras palabras, es esta destreza la que hace que cualquier empresa (sin importar a qué se dedica) se mantenga en pie dentro de su contexto social y económico determinado.

Con ella se logra la rentabilidad, la expansión y la capacidad de enfrentar nuevos paradigmas o situaciones que le son ajenas. Nuevamente, vale mencionar la pandemia de Covid 19 y el vuelco que dieron muchas organizaciones para lograr su subsistencia en un contexto que golpeaba su estrategia de negocios.

Por eso, al desarrollar la competitividad empresarial, hay que saber moverse en el entorno, a la vez que se ingenian y ponen en marcha campañas y estrategias eficaces para lograr sus objetivos de rentabilidad y de crecimiento planteados.

Por otra parte, la competitividad hace posible la salud empresarial a largo plazo, así como la rentabilidad del negocio a medida que el mercado cambia o exige determinadas condiciones a las cuales la organización debe estar en capacidad de enfrentar y dar respuestas.

Conclusión: ¿Cómo se entra al ruedo de la competitividad?

Toda empresa que nace o que ya existe en el mercado busca entrar al juego de la competitividad empresarial. De lo contrario está destinada a fenecer. Por eso las organizaciones deben:

Conseguir lo que las hace distintivas: Cada marca tiene que ofrecer una respuesta a sus clientes o usuarios. Estas tienen que satisfacer una demanda y hacerlo de manera distinta a la competencia para ser competitivas en el mercado.

Ampliar la oferta dentro del mercado: El mundo es cambiante y las empresas deben bailar a su rito. Por eso las organizaciones deben estar en capacidad de ampliar sus productos y servicios para cubrir la mayor cantidad de requerimiento de sus usuarios.

Expandir su alcance: En este caso esa expansión debe darse cuando una organización ya ha cubierto su meta de negocio planteada en su plan de negocios inicial. Para ello se puede hacer uso de las técnicas inboud o productos servicios personalizados para cada segmento del mercado.

Comentarios (2)

Responder

Escarlis elizabeth villar montas de rosario

Enviado el

Toda competitividad, rentabilidad y crecimiento se debe a que cada empresa se preocupa por mantener su marca a pesar de toda competencia trata de cer auténtico.
Responder

Ilushiknrz

Enviado el

La página web www.cerem.es utiliza cookies para mejorar los servicios ofrecidos. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso e instalación. Para más información haga click aquí.

Subir