¿Y si los problemas de movilidad en ciudades y comunidades pudieran resolverse de una forma más sencilla de lo que parece? Desde hace unos años, ciudades europeas han empezado a desarrollar iniciativas y proyectos de movilidad urbana bajo la nomenclatura Mass (Mobility as a service, o lo que es lo mismo, la movilidad como servicio). ¿En qué consiste? El objetivo es lograr reducir la contaminación y el tráfico en las ciudades, conectando personas a través de una aplicación para fomentar iniciativas de sharing car (coche compartido en inglés), o de transporte urbano como bicicletas, patinetes, autobuses, etc.
Todo esto está basado en el concepto de convertir las urbes en smartcities, ya que para desarrollar Mass es necesario el reordenamiento digital de la ciudad mediante aplicaciones en dispositivos inteligentes. Compartir vehículos, usar transporte urbano para moverte en la ciudad, usar coches por minutos, o transportes sostenibles como bicicletas y patinetes puede acabar con las graves consecuencias de la movilidad privada: contaminación, atascos, falta de aparcamientos, etc.
Mass, la movilidad como servicio
Mass todavía es un proyecto piloto, pero está cogiendo forma en países y ciudades europeas. En Finlandia, por ejemplo, apuestan para que en el año 2025 los ciudadanos no tengan un vehículo propio, sino que hagan uso de este servicio de movilidad urbana. Mediante una aplicación, el usuario puede escoger su medio de transporte preferido, que puede tomar donde escoja para dirigirse al lugar que desee.
Cabe destacar que estos programas de movilidad se desarrollan en conjunto entre empresas privadas y las instituciones públicas y políticas, pero siempre centrados en ofrecer un servicio de calidad ajustado a las personas. Lograr que se disminuya el uso del coche privado, sobre todo en la ciudad, es el objetivo fundamental de las grandes ciudades. Estas cada vez más experimentan grandes problemas relacionados con el uso del vehículo individual como es la contaminación del aire, los atascos, la falta de aparcamiento, los accidentes, los atropellos, etc.
En Madrid, otro ejemplo, varias empresas han desarrollado el concepto “car by minutes“. Consiste en usar coches eléctricos pagando por el tiempo de uso en la ciudad. El funcionamiento es sencillo: te acercas al vehículo en cuestión y por medio de una aplicación la puerta del mismo se abre. La llave se encuentra en la guantera y ya puedes ponerlo en marcha. Al finalizar deberás dejar el vehículo aparcado y cerrar el mismo con la aplicación. Para registrarte en ella tienes que rellenar tus datos y adjuntar una fotografía tanto del carnet de conducir como de tu DNI. El pago se realiza mediante tarjeta de crédito o débito introduciendo los digitos en la aplicación. Algunas de ellas son Car2go, Zity o Emov. Este sistema también existe para las motos con compañías como eCooltra o Muving. La mecánica es similar, pero cuentan además con cascos en el compartimento del asiento.
Asismismo, prácticamente la totalidad de las ciudades europeas cuenta con sistemas de alquiler de bicicletas también por minutos con numerosas paradas y estaciones en distintos puntos de la ciudad. Algunas incluso son eléctricas. Y ya se piensa en introducir los patinetes en este sistema de alquiler por minutos. El beneficio es bastante: no solo te mueves por la ciudad con comodidad, sino que la contaminación es nula.
De igual modo, otras ciudades han decidido restringir el tráfico por el centro de la misma. Por ejemplo, las matriculas pares pueden circular en días señalados, mientras que los impares lo harán otros días. Al principio puede resultar un caos, pero lo cierto es que las personas son seres de costumbres y, aunque los cambios asusten o abrumen, al final estos sistemas se implementan muy bien y la acogida ciudadana es excelente. En muchas ocasiones se demandan más y mejores servicios públicos para así evitar tomar los vehículos propios. Al igual que también se han ampliado las áreas peatonales, el ensanchamiento de las aceras y la restricción de circular por calles del centro donde únicamente es posible acceder o en autobús o en bicicleta.
Las posibilidades que ofrecería el uso de una plataforma digital o aplicación móvil que ofrezca una información combinada del transporte público con los nuevos servicios complementarios de movilidad es la clave para que el proyecto Mass tenga éxito. Así pues, las instituciones políticas pueden presentar las necesarias medidas que deberían adoptarse, como: división razonable de la ciudad sin desatender la periferia, haciendo la correspondiente inclusión en la ordenación territorial; la regulación municipal en busca del apoyo político en los diferentes estadios (nacional, autonómico y local); y una integración efectiva entre movilidad y usos del suelo. Todo siempre contando con la participación activa del ciudadano.
El objetivo es crear beneficios para la sociedad como un todo. De esta forma también se pueden crear nuevos modelos de negocio más eficientes con acceso a otros mercados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay que desarrollar de forma paralela un marco legal y regulatorio de todas estas prácticas, sobre todo atendiendo a encaminar una política de privacidad muy potente, puesto que los usuarios compartirían sus datos para el uso de esta aplicación. Se trata así de una aplicación que integra todos los servicios a los que un usuario puede optar dentro de su ciudad, o incluso en ciudades a las que visita. Por lo tanto, también hay que destinar un nicho de mercado a aquellas personas que están de paso en la localidad y que también quieren beneficiarse de esto.
Cabe resaltar también que desde hace años se viene desarrollando el sharing car en ciudades de todo el mundo. Plataformas como Blabla Car o Amovens facilitan que se puedan alquilar plazas en un coche para determinadas rutas. Las conexiones son diversas y cada vez son más personas las que optan por este tipo de transporte, no solo por ahorrar dinero o combustible, sino como una forma de interacción social para conocer nuevas amistades u otras culturas. Así pues, se puede considerar que el movimiento sharing car fue uno de los propulsores de la iniciativa Mass de la que se quiere lograr ir más allá. Puesto que normalmente este tipo de servicio suele usarse en trayectos largos que conectan diferentes ciudades de países.
Experiencias de éxito
Son muchos los países y las ciudades europeas que han desarrollado diferentes programas pilotos: Helsinki, Suecia, Viena, Reino Unido, Bélgica, o París. Sin duda, la movilidad urbana está cambiando su modelo de ordenamiento, intentando sustituir los coches aparcados o en circulación generando tráfico por más parques, jardines, o zonas peatonales. El futuro está ahí. Si se disminuyen los vehículos privados de uso individual y se apuesta por una potente oferta de transporte urbano, ya sea en bicicleta, patinetes, motos, autobuses o sharing car, el ahorro monetario y energético sería bastante considerable para todos los bolsillos. Por no hablar de que se lograría un aire más limpio y la reducción así de las emisiones de CO2, con la consecuente disminución del avance del cambio climático.
En Viena se apostó por desarrollar el proyecto de investigación SMILE en el que Wiener Stadtwerke y ÖBB convirtieron, junto con socios competentes, el prototipo de una plataforma de movilidad integral, con una aplicación para smartphone. Su objetivo fue diseñar una aplicación que hace posible utilizar y combinar diversos medios de transporte tan simple como sea posible. Después de varios meses de pruebas de la vida real, los resultados del proyecto fueron presentados en mayo de 2015.
El 75% de los usuarios indicaron que estaban muy satisfechos o satisfechos con SMILE y proporcionaron numerosas ideas y sugerencias para mejorar. El 48% de los encuestados declaró que desde que se utiliza SMILE toman el transporte público más a menudo, mientras que el 21% utiliza los servicios privados con menos frecuencia. Además, SMILE alienta la multimodalidad. Combinar coche y transporte público ocurrió con más frecuencia en el 26% de los usuarios piloto; y un 20% de ellos combina un paseo en bicicleta con el transporte público más a menudo.
UbiGo, en Suecia, nació en el año 2013 apostando por la movilidad como servicio. Y buscaba desarrollar paquetes de transporte basado en el modelo de la telefonía que, por ejemplo, oferta paquetes de llamadas, mensajes e internet. Pero en este caso, relativo a la movilidad, como transporte en autobús, taxi, uber, bicicleta etc, integrado todo en un mismo plan. “Sin esperas y con la máxima disponibilidad” fue el lema del desarrollo de esta iniciativa.
Whim se desarrolló en Finlandia, Helsinki, y puso en marcha este modelo bajo el producto MaaS Global. Esta iniciativa ofrece paquetes de movilidad a partir de 89 euros al mes dependiendo de los trayectos y distancias. De igual modo también cuenta con la posibilidad de pagar al momento del uso. La ventaja es que se realizan los pagos desde una única aplicación móvil. Da igual si se usa un coche de alquiler, el transporte público o un taxi, todo está integrado en la misma app.
En definitiva, la iniciativa Mass, movilidad como servicio, cada vez adquiere mayor fuerza entre las instituciones políticas y entre los ciudadanos. Es una alternativa eficaz para el ordenamiento de la movilidad, ahorrando no solo dinero sino tiempo, y ayudando a fomentar una movilidad sostenible dentro de las ciudades.