Retos y barreras para una formación en idiomas eficaz en las organizaciones

Retos y barreras para una formación en idiomas eficaz en las organizaciones
La forma perfecta de aprender idiomas no existe. Alcanzar el éxito en la formación lingüística en las empresas implica superar una serie de barreras

En el actual contexto económico, en el que muchas empresas deben su supervivencia a la apertura a los mercados internacionales y haber apostado de forma intensa por la exportación de sus productos y servicios, como salvación ante la crisis económica, se ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con profesionales cualificados en idiomas y capaces de manejarse adecuadamente en contextos de negociaciones y cierres de acuerdos. 

Como resultado de esa necesidad, la formación en idiomas en las empresas se ha convertido en un must para conseguir que los empleados cumplan las expectativas. La formación lingüística adquiere una relevancia que nunca antes había tenido y ahora, sin embargo, se ha vuelto imprescindible en cualquier organización. 

Ejecutar programas de formación en idiomas para los trabajadores de una empresa no es una tarea tan sencilla como a priori puede darse por sentado. Requiere un esfuerzo en inversión económica y planificación previa para dar con la estrategia que resulte más adecuada para conseguir resultados exitosos.

Formación lingüística: por dónde empezar

Para elaborar una estrategia de formación en idiomas en el ámbito empresarial, lo primero que hay que conocer es el nivel de idiomas con el que cuentan los empleados de la compañía. Para ello, existen diversos test que pueden determinar el nivel de idiomas, de acuerdo con l Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER), como el test BULATS. 

Dicho test se ha revelado como un instrumento básico para la toma de decisiones de formación o contratación de personal, al permitir clasificar a los empleados en grupos, por niveles lingüísticos, para poder evaluar posteriormente si los programas de formación de idiomas que se implanten han tenido efectividad o no.

Posteriormente, se hace una criba para elegir, en función de los resultados, qué trabajadores necesitan formación en idiomas y cuáles no y determinar el presupuesto y la estrategia a seguir. La tendencia es ofrecer la formación a los empleados con niveles intermedios, para que alcancen un nivel superior que les permita lograr objetivos satisfactorios en el entorno internacional.

¿Son efectivos los programas de formación lingüística en las empresas?

Los planes de formación en idiomas no siempre proporcionan buenos resultados en las empresas, a pesar del elevado coste que suelen suponer. Las barreras más comunes que se puede encontrar una empresa, cuando lleva a cabo este tipo de planes, son las siguientes:

  • La falta de planes de formación individualizados: ofrecer a todos los empleados el mismo método de aprendizaje no resulta eficaz​, a tenor de los resultados que han obtenido grandes empresas que así lo han intentado. Lo más aconsejable y que mejor resultado consigue es elaborar una estrategia de formación personalizada, a la carta. Hacer un estudio previo de las necesidades del empleado y, en función de su resultado y esfuerzo, determinar un itinerario propio coherente con los requisitos del puesto y las necesidades de la empresa.
  • Malas experiencias previas en la formación de idiomas: conseguir que los empleados que han intentado llevar a cabo algún tipo de formación lingüística previamente y con malos resultados se motiven a empezar de nuevo no es una tarea sencilla. 
  • La inexistencia de metas y controles formales de progreso durante el proceso de aprendizaje: está claro que, si una organización apuesta por formar en idiomas a sus empleados, pero luego no controla ni evalúa de una forma clara y organizada los resultados de la campaña, se crea una situación de laxitud, en la que el rigor en el cumplimiento de las posibles metas es inexistente. Crear unos objetivos medibles y alcanzables antes de empezar la formación y evaluar el progreso durante ella son directrices que contribuyen a la mejora de la eficacia y los resultados.
  • Consideración de beneficio social: si la empresa considera la formación en idiomas como un beneficio social y todos los empleados reciben una formación en idiomas, supondrá un enorme coste. Al igual que otro tipo de contenidos diferentes a los idiomas, la formación debe ofrecerse a aquellos empleados que, realmente, necesitan el inglés para las tareas propias de su puesto de trabajo.
  • Carencia de metodologías experienciales: las metodologías más extendidas de clases magistrales, ejercicios por ordenador o conversaciones entre compañeros no son suficientes para lograr que los empleados progresen en el aprendizaje de un idioma. Implantar medidas, como cursos residenciales de corta duración con profesores nativos (con una inmersión al 100 % y en un ambiente dinámico y estimulante), consigue buenos resultados. Otra medida, que utilizan empresas como Vodafone, es conceder un permiso remunerado de un mes extra, si el empleado lo dedica a aprender idiomas en el extranjero.
  • Pocas oportunidades de transferencia del aprendizaje en el puesto de trabajo: es imprescindible que el empleado formado utilice la formación adquirida en el desarrollo de sus funciones.

Cómo alcanzar el éxito en los programas de formación en idiomas

Las empresas deben buscar constantemente innovaciones en la metodología de aprendizaje, con el objetivo de mejorar las ratios de éxito en la formación lingüística de los empleados. Algunas de las medidas que se utilizan para mejorar los resultados son las siguientes:

  1. Contribución del empleado al coste de la formación: según se ha demostrado en las organizaciones en las que esta medida se ha implantado, pedir una aportación económica o de tiempo personal mejora los resultados. En aquellas organizaciones en las que no se forma en idiomas directamente, sino en las que se entrega una cantidad económica mensual, a cambio de justificar documentalmente que se está recibiendo formación en idiomas, se encuentra una mayor implicación de los empleados, ya que previamente han tenido que hacer ellos el pago por adelantado y, si no se justifica la formación, no reciben la cantidad económica.
  2. Metodologías alternativas a las tradicionales: implantar nuevas formas de aprendizaje de idiomas, aparte de las clásicas clases en grupo, mejora sustancialmente los resultados. Las más recomendadas son:
    1. Conversaciones telefónicas one to one con un profesor u otro empleado, lo que contribuye a la soltura y al manejo del idioma en el entorno laboral.
    2. E-learning: apostar por las nuevas tecnologías y la formación online ayuda a que los empleados puedan aprender en un entorno más cómodo y personal.
    3. Clases intensivas: ofrecer clases que supongan a los empleados superarse a sí mismos y romper barreras contribuye a que salgan de su zona de confort y ganen en confianza y soltura.
    4. Clases residenciales: la inmersión lingüística es uno de los grandes aliados en el aprendizaje de idiomas. Existen numerosas opciones y empresas que ofrecen cursos de una semana en entornos naturales y conviviendo con profesores nativos o bilingües. En este tipo de situaciones, los empleados desconectan de la rutina, viven una experiencia diferente y están más dispuestos a aventurarse a hablar en el idioma que están aprendiendo. 
    5. Asignación en proyectos internacionales: es uno de los retos más apasionantes a los que puede enfrentarse un empleado que está aprendiendo un idioma. Enfrentarse a un ámbito internacional, con compañeros de otras partes del mundo, es la manera más directa de encontrarse aprendiendo un idioma a una rápida velocidad. Entrar en negociaciones, con la presión competitiva que eso supone, implicará al empleado al 100 %.
    6. Recursos de autoformación gratuitos disponibles en Internet: En Internet, son múltiples las posibilidades y los recursos que es posible encontrar de forma gratuita y no son descartables a la hora de aprender un idioma.
  3. Impartición de programas de formación técnicos o competencias profesionales en lengua extranjera: como una de las medidas más efectivas e interesantes para los empleados, cabe destacar la implantación de programas de formación lingüística centrados en el lenguaje técnico y de competencias profesionales que el trabajador, realmente, utilizará en el desarrollo de sus tareas día a día. Esto permite centrarse en aquel lenguaje que el empleado, realmente, necesita aprender, lo que elevará su interés y, en consecuencia, sus resultados.

Formación lingüística en las organizaciones: un camino por recorrer.

Sin duda, las medidas mencionadas anteriormente consiguen incrementar las ratios de éxito en los programas empresariales de formación lingüística. De todos modos, la eficacia no está garantizada en ninguno de los casos. Lo que puede ser válido para un trabajador puede no funcionar para otros. Asimismo, lo que puede necesitar en materia de idiomas una empresa para afrentar su internacionalización es distinto a lo que requiere otra, que necesita de trabajadores con formación en idiomas para tareas de importación/exportación. 

La clave es implantar medidas y comprobar su efectividad, corregir e implantar otras cuando sea necesario y evaluar todo el proceso de forma constante. Solo así se podrá lograr una mejora continua y llegar a conseguir el mix de medidas en materia de formación en idiomas que más convenga a cada empresa.

La formación lingüística en el entorno organizacional es una cuestión en la que aún queda mucho camino por recorrer para mejorar de forma sustancial la eficacia, a la vez que se consigue que tenga una correspondencia en costes menos elevada y una satisfacción superior de los empleados que reciben la formación. Empresas, consultorías, universidades y profesionales de la enseñanza de idiomas deben aunar esfuerzos para conseguir que la formación en idiomas en las empresas sea exitosa.

Formación relacionada

La página web www.cerem.es utiliza cookies para mejorar los servicios ofrecidos. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso e instalación. Para más información haga click aquí.

Subir