En un contexto de calentamiento global, crisis ambiental y pandemia, la transformación digital de una empresa ya no se relaciona únicamente con optimizar las características y funcionalidades de un producto o servicio, pensar una estrategia de marketing eficaz, generar mayor competitividad o reducir costos, sino con un cambio cultural más profundo ligado a la sostenibilidad. Hoy en día, es necesario tener una mirada integral sobre los procesos internos de producción, el uso de los recursos naturales y sus efectos en el mundo. Se trata, en definitiva, de un nuevo paradigma donde la tecnología cumple rol clave no solo como herramienta para alcanzar los objetivos fijados y elevar los valores de una empresa, sino como un modo de inteligente de establecer un criterio de respeto y una visión global sobre el desarrollo sustentable y el cuidado del medioambiente.
Cuando se habla de transformación digital, no se habla únicamente de digitalización, o sea, de reemplazar procesos manuales por operaciones digitales que reducen riesgos laborales sin alterar los resultados. Tampoco se trata solamente de incorporar elementos tecnológicos novedosos como forma de obtener beneficios inmediatos. La transformación digital es, en principio, un cambio interno en la estructura de la empresa que atraviesa desde la formación y comunicación de sus empleados hasta la dimensión de la competencia, pasando por los procesos de producción, las estrategias de marketing, el tono y la voz, así como el mensaje con el que se busca impactar. Pero la transformación digital, en el mundo de hoy, no solo debe estar enfocada en la optimización de la empresa y el servicio, sino en un vínculo positivo con el medioambiente y la sostenibilidad.
Pero ¿qué es la sostenibilidad? En principio, el concepto tiene que ver con la protección y el uso racional de los recursos naturales, así como con la búsqueda de calidad de vida y la reducción de la contaminación. La sostenibilidad, en pocas palabras, busca un crecimiento económico que sea equitativo y que no implique la explotación descontrolada de recursos naturales. La sostenibilidad tiene puesta la mirada en la urgencia de hacer cambios estructurales en el presente, pero también proyecta sus objetivos para las generaciones futuras, que corren el riesgo de vivir con escases de recursos. La sostenibilidad fomenta una conciencia ambiental actual con la mirada puesta en el mañana.
El concepto de sostenibilidad o desarrollo sostenible se dio a conocer en 1987, cuando la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas lo definió como lo que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”. Liderado por la ex primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, el informe de la Comisión se llamó originalmente Nuestro Futuro Común y tuvo el propósito de replantear las políticas de desarrollo económico que llevaron a un costo medioambiental alto. El informe, que se convirtió en un referente fundacional del desarrollo sostenible, hace foco en la conservación y protección del Planeta Tierra y en la reducción de los niveles de consumo que terminan por agotar los recursos naturales.
Según un estudio de McKinsey de 2016, para 2050 se prevé un incremento del consumo mundial del 75 porciento. Si bien esta es una buena noticia para inversores y accionistas, los diversos factores de sostenibilidad pueden afectar las proyecciones de crecimiento empresarial, ya que el éxito de una empresa no estará condicionado únicamente por el consumo, sino por su respuesta ante la sostenibilidad. Por eso, para proyectar el crecimiento sostenido de una empresa, es necesario incorporar a la sostenibilidad como una estrategia central en el plan de acción. Así como la tecnología es insoslayable a la hora de pensar en el futuro de una empresa, la mirada ambiental es clave para proyectar su crecimiento. Si una empresa se aferra a las maneras tradicionales y se resiste a adaptarse a los cambios necesarios par una mejor adecuación al contexto, corre el riesgo de no tener respuesta frente a las necesidades futuras y, por lo tanto, puede perder competitividad.
Si bien la transición hacia a la estrategia sostenible no es sencilla, sus beneficios son numerosos: desde las oportunidades de inversión al cumplimiento de las regulaciones, pasando por la motivación de los empleados de ser parte de un cambio positivo. Tanto en la demanda de los consumidores como en la planificación a futuro, abrazar una estrategia de desarrollo sostenible puede ayudar a una empresa a posicionarse en el mercado y a generar mayor competitividad. Y si de competitividad se trata, la transformación digital es clave en ese proceso. Según un estudio del Massachussetts Institute of Technology (MIT) de 2017, las empresas que incorporen los avances tecnológicos de forma eficiente serán las más capaces de obtener rentabilidad en el futuro.
La alianza entre la sostenibilidad y la transformación digital es clave para optimizar procesos internos, reducir emisiones de carbono, mejorar el índice de uso de los servidores, utilizar energías renovables y avanzar en el camino de la tendencia energética universal basada en la descarbonización, descentralización y digitalización, desde una mirada global que tenga en cuenta los cambios medioambientales del presente y las acciones necesarias para el mundo que viene. Tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), el Machine Learning (ML) y el Internet de las cosas (IoT) pueden ayudar a una empresa a cumplir sus objetivos de una manera creativa, innovadora, eficiente y con una mirada puesta en la sostenibilidad.
Inteligencia Artificial
La IA hace referencia a la capacidad que una máquina tiene para aprender de ejemplos o experiencias, reconocer objetos o espacios determinados, comprender y responder al lenguaje humano, asimilar y automatizar procedimientos y tomar decisiones para resolver problemas. La combinación de estas capacidades puede generar mejoras puntuales en un servicio específico, así como optimizaciones en procesos más complejos que van de la robótica a las energías renovables, pasando por la urbanización, la aviación, las telecomunicaciones y la medicina, entre muchas otras cosas.
Desde la gestión del tráfico y la movilidad urbana hasta el desarrollo de energía renovables, pasando por la predicción de errores y la construcción de ciudades inteligentes, la IA funciona como optimizador de muchos procesos empresariales ligados a la sostenibilidad. Según un estudio de Nature, la IA puede facilitar el cumplimiento del 79 porciento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fijados por La Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 bajo el nombre de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los Objetivos de la Asamblea General son:
- Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
- Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible.
- Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades.
- Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
- Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
- Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
- Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos.
- Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos.
- Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación.
- Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos.
- Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
- Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles.
- Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
- Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible.
- Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica.
- Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
- Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.
En ese sentido, la IA puede reunir, analizar y sistematizar información para optimizar el uso energético en las construcciones urbanas, así como detectar cambios en la temperatura y en la vegetación que pueden anticiparse a desastres naturales. También puede presentar mejoras en el campo de la agricultura, anticipando las necesidades de los cultivos, a través de drones que facilitan el seguimiento de las tierras y el control de plagas. En términos industriales, además, la IA facilita los procedimientos internos a partir de sistemas novedosos de almacenaje, fabricación y distribución y, gracias a la medición de probabilidades y la visión artificial, puede prevenir errores en la cadena de montaje o reaccionar temprano a posibles fallas en el proceso industrial.
Machine Learning:
El aprendizaje automático por parte de las máquinas es lo que se conoce como Machine Learning (ML), un método vinculado a la IA que se basa en la recopilación, el análisis y la sistematización de datos para generar distintos tipos de soluciones, desde el conocimiento exhaustivo de productos, servicios y perfiles de consumo hasta la automatización de procesos complejos. En el plano empresarial, el ML permite analizar las tendencias del mercado y las preferencias de los clientes reales y potenciales, así como reducir la probabilidad de errores y fallas que tienen los procesos manuales tradicionales. Además, ofrece ventajas en cuanto a la ciberseguridad y detecta posibles fraudes. En términos de sostenibilidad, el ML puede ayudar a encontrar nuevas formas de energía y optimizar la generación de esta, mejorar las estrategias de gestión del agua, analizar minerales diversos, hacer diagnósticos rigurosos sobre el cambio climático y muchas cosas más. En pocas palabras, el ML es un salto hacia el futuro en términos de análisis y procesamiento de datos.
Internet de las cosas:
Este concepto hace referencia a la posibilidad de interconexión y transmisión de datos entre objetos cotidianos e internet. Tanto los aparatos eléctricos y electrónicos, así como los dispositivos digitales que se usan diariamente tienen sensores que les permiten recolectar y compartir datos con la web. En ese sentido, el IoT es una herramienta clave para facilitar operaciones, medir riesgos e incorporar a la sostenibilidad como estrategia empresarial. Según el informe del Foro Económico Mundial “IoT Guidelines For Sustainability”, “El Internet de las cosas es uno de los grandes facilitadores de la transformación digital y se estima que la industria relacionada con el IoT pueda sumar al valor de la economía mundial 14 billones de dólares de aquí a 2030”. Tanto en el uso del agua como en la eficiencia energética, el IoT permite recopilar y analizar datos en tiempo real, para luego ofrecer soluciones puntuales para cada problemática analizada.
Gracias a un sistema de sensores, algoritmos y redes de comunicación, es posible anticipar la demanda energética de una zona específica, medir los riesgos de las operaciones industriales o almacenar y distribuir la energía de forma inteligente para mejorar la calidad del aire, prevenir lluvias y ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), con el objetivo de frenar el calentamiento global. Por eso, una empresa que decida incorporar e implementar este tipo de tecnologías, no solo estará avanzando hacia una transformación digital exitosa, sino promoviendo un cambio positivo con la mirada puesta en el cuidado del medioambiente.
“Desde el 2010, las emisiones de gases que causan el calentamiento global -excluyendo aquellas producidas por el uso de la tierra, que son más inciertas y variables- han registrado un crecimiento promedio anual del 1,3%. En 2019, el aumento fue más pronunciado y llegó a un 2,6% debido al gran aumento de incendios forestales”, explica un informe de la ONU. En un contexto de estas características dramáticas, es crucial que las empresas adopten una mirada verde ligada a la sostenibilidad no solo para alcanzar los niveles de producción deseados, sino para preservar los recursos naturales. De la mano de la sostenibilidad, la transformación digital es clave para alcanzar un futuro sustentable.
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EZEQUIEL ALPUCHE DE LA CRUZ
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